El columnista estrella nos engañó durante todo este tiempo. ¡Había sido un doble agente y no lo confesó ni a sus más íntimos! Ahhh, pero ahora va a ver; lo desenmascararemos en esta documentada nota sobre su labor destituyente previa a la dictadura de Onganía.
Por Alberto Moya
¿Qué hacía Horacio Verbitsky en una revista golpista?
La pregunta se extendió por sitios marginales hasta que un multimedio amplificó el tema para que la duda prendiera en los legos. Así, el columnista de un “diario de izquierda anticlerical” pasó de anticristo a –otra vez– colaboracionista ya no de una dictadura si no de dos.
Repasemos qué hizo en la primera de ellas, la de Juan Onganía.
¿Fue jefe de Redacción de una de las dos revistas que trabajaron para derrocar al gobierno de Arturo Illia?
A propósito de su medio siglo de trayectoria, en 2010 recordó aquellos comienzos en Noticias Gráficas, cuando tenía 18 años y, una noche en que no había cronistas, debió ir bajo la lluvia a cubrir un desalojo de inquilinos estafados.
Desde 1961, en la sección sobre libros que tenía su padre Bernardo, firmó su primera columna.[1]
Durante el lustro que transcurrió hasta que pudo subirse al avión de los golpistas, se entrenó en el conocimiento de la política, la excusa parece trivial: el aniversario de la revolución francesa.[2]
Por fin llegó a su primera revista, Tiempo de Cine[4](1963), donde los únicos golpes eran los de las películas. La misma temática abordó en colaboraciones para diarios: “Las limitaciones del cine argentino”,[5] “La derrota de la censura”,[6] “El cine que nos dan“.[7]

De su mano entró a las grandes ligas: Confirmado. ¿Cómo pasó de ocupar el último lugar del staff a ser el secretario de Redacción? Eso sólo se entiende –según alguno– como prueba de que había una conspiración detrás, aunque Graciela Mochkofsky (la primera a quien Jorge Lanata había encargado investigar a HV[8]) sólo halló al…
… talentoso hijo de Bernardo Verbitsky, quien había cobijado (a Timerman) durante los años aciagos del primer peronismo”.[9]
Tal vez para disimular los propósitos del complot golpista, se dedicó a escribir sobre cultura hasta que, cuatro meses después, pudo ser nombrado secretario de Redacción. Lo que no está claro es porqué debió compartir el cargo con García Rey y Osvaldo Seiguerman.[11]
En el editorial de presentación, la revista dejó huellas de sus aviesas intenciones:
“Los expertos en asuntos argentinos tienden a vaticinar que el año 1966 será uno de los más plenos de noticias en la Argentina. Comienza el año político (…) El permanente objetivo de entregar más, y en especial mejor, información a sus lectores, decidió a Confirmado a incrementar el número de secretarios de redacción. Es así como son ascendidos a ese cargo: Oscar García Rey, veterano experto en temas económicos, a cargo de la sección Economía, y Horacio Verbitsky, redactor de temas generales, que en su aún breve paso por el periodismo ha demostrado una peculiar capacidad para enfrentar los más complejos problemas informativos”.[12]
Ante mi consulta, Verbitsky culpó a otro: “El encargado de las notas políticas era Rodolfo Pandolfi”.
Al menos eso se ve confirmado por los archivos; la revista se preguntaba:
“¿Qué pasará en 1966?: (…) La inquietud ante el duro panorama económico, sumada a la preocupación militar, ha llevado a invadir el campo destinado, cada fin de año, a los astrólogos. Reuniendo toda la información posible, el redactor Rodolfo Pandolfi elaboró una imagen de las perspectivas y pronósticos más valederos que se esgrimen en los medios informados del país”.[13]
Confirmado puso una foto de Pandolfi, de lentes, con un cigarro en la boca, meta escribir a máquina. En esa edición se adelantó en detalle cómo y cuándo sería el Golpe.[14]
Entre enero y marzo de 1966, la revista dejó de salir:
“A los 8 meses de su aparición, una huelga de 50 días afectó a los talleres gráficos donde se imprime Confirmado , impidiendo nuestra aparición durante 7 semanas”.[15]
¿Qué hizo entonces nuestro joven conspirador-golpista-aéreo?
“Un sugestivo informe de Horacio Verbitsky sobre los modos en que el argentino enfrenta ahora el tango”.[16]
HV no debió haber recibido aquel brulote sin firma antes de enviarla a imprenta porque, de lo contrario, la hubiese corregido.[18]
La relación entre ambos ya ha sido rememorada por Lilia Ferreyra:
“A Horacio lo había conocido un par de años antes y le había sorprendido la inteligente rapidez de ese joven de poco más de veinte años y el conocimiento que tenía de todas las facetas del oficio periodístico, que Rodolfo no dominaba”.[19]
En el mes del golpe de Estado, Confirmado anunciaba:
… ha sido designado subdirector Félix Garzón Maceda, quien hasta ahora actuaba como asesor general; el señor Horacio Verbitsky –cuyos reportajes a Arturo Frondizi[20] y a Ernesto Sábato[21] tuvieron amplia repercusión– fue ascendido a jefe de redacción”.[22]
En esos días, fue el Golpe. Es raro que el ex director de Página/12 no recuerde que HV ya había especificado esas cosas:
En el verano de 1966 el columnista Mariano Montemayor escribió en el semanario Confirmado que el deber de las Fuerzas Armadas era concluir con el gobierno del presidente Arturo Illia. El 28 de junio lo satisficieron”.[25]
A expertos en golpes militares como Rodolfo Pandolfi y Ramiro Manlio Casasbellas (…) la defensa de la democracia no les importa más ahora que cuando condujeron desde los semanarios Primera Plana y Confirmado el operativo publicitario para demoler al ex presidente Illia y crear el mito del general Onganía”.[26]
De ese período, la complicidad del jovencito HV quedó registrada en los archivos: ¡No saben las cosas que decía ya de Félix Luna![28] entre otras críticas a los libros de Augusto Céspedes[29] o Norberto Galasso[30]; a la personalidad de Mohamed Alí[31]; al teatro de Armando Discépolo, Norman Briski[32] o Carlos Gorostiza[33] u –otra vez el cine– de Leonardo Favio.[34]
Continuó poco tiempo como Jefe de Redacción: en plan de recambio, debió compartir esa jefatura con Fernando Más desde el inicio de 1967,[35] hasta que dejó de figurar en el staff hacia mitad de año.[36]
Mientras, a instancia de Walsh, entrevistó a Gabriel García Márquez antes de que fuera famoso. Lo despidió de Bs. As., con una fiesta que Gabo recordaría ante Eloy Martínez como…
“La parranda babilónica que nos dio Horacio Verbitsky”[37]
En tanto, Confirmado recibía a otro hombre de vocación anti popular en procura de empleo: Juan Gelman. Recién entonces, HV pudo escribir sobre golpes de Estado: en el aniversario del bombardeo de la Casa de Gobierno inició una serie de entregas. Fue la primera vez que se asoció su nombre a una investigación periodística, en la que deschavó sesenta confabulados que habían pasado al olvido o alcanzarían triste fama.[38]
Pero se ve que las páginas de Confirmado no le alcanzaban y debió irse a golpear las puertas de otros puestos de empleo. Gracias a la hemeroteca del Centro de Documentación de la Cultura de Izquierdas (CeDInCI), sabemos que esas puertas fueron las de La Hipotenusa, cuyo director, Luis Alberto Murray, era otro ex redactor de Confirmado, como para que no quedasen dudas del largo brazo del complot. Esa revista de "Humor para gente en serio", también fue señalada como un “órgano oficial” del onganiato, según la versión de un agente que escribió un libro en cuyas solapas admitía haber estudiado en la Escuela Nacional de Inteligencia. A partir del servicio prestado por este escriba crítico de toda actividad popular revolucionaria, podemos rastrear a más encubiertos golpistas, como Paco Urondo, Eduardo Gudiño Kieffer, Pedro Barraza, José María Rosa, Jaime Botana y, el peor de todos, Verbitsky, que por algo se ocultaba bajo el seudónimo de "Rip Kirby". Menos mal que el distraído Brascó lo dejó al descubierto con una tierna caricatura que ilustró sus columnas editadas junto a las de Arturo Jauretche.[39]
Tanto quería camuflarse con los golpistas, que pronto se sumó a otro proyecto con quien había sido el primer jefe de Redacción de Timerman en Primera Plana, Luis Ernesto González O’Donnell, un albino temperamental apodado “el peligro amarillo“, con quien hizo la “delirante” revista-libro Cuadernos de Robinson C, donde llevó a Tabita Peralta –hija de Carlos Peralta con Pirí Lugones– y a la hija de Rodolfo, Vicky Walsh, en lo que fue su primer trabajo rentado.
Para cosas más serias, debió recurrir a revistas extranjeras como Marcha, de Uruguay.
Ese tratamiento respetuoso pero diferenciado que recibían los colaboradores externos se repitió el 1 de agosto de 1968, con Arte y política[43], sugestivo título que podría contener alguna clave oculta pero… esa nota ya no entraña misterio para los lectores de Página/12 que, 30 años después, pudieron leerla en el suplemento Radar y, –a fin de siglo– desde una antología en libro.[44]
Podrá argumentarse que eran notas de calidad, aunque no tanta tal vez ya que de nuevo prescindieron de sus servicios: un mes después, ya no figuraba entre los “colaboradores” de Confirmado.[45]
Poco le importó; había encontrado un nuevo ámbito donde canalizar sus ánimos golpistas, anti populares, traicioneros y delatores. Bajo la égida de otro conocido chupamedia de la dictadura como sería Raimundo Ongaro, junto a Walsh y Rogelio García Lupo, desde el 1° de mayo de 1968, tenían en la calle el Semanario de la CGT de los Argentinos.
Pero ésa es otra historia. ¿No?
[11] Así consta en los Staff de la colección de Confirmado chequeada en las hemerotecas del Congreso de la Nación, la Biblioteca Nacional y la Legislatura de Bs. As.
[23] HV: “Novela, política, cine: Una pasión argentina”, Confirmado, N° 56, del 14 de julio de 1966, pp 38-41.
[24] Saítta, Sylvia y Romero, Luis Alberto: Grandes entrevistas de la Historia Argentina. Punto de Lectura, 2002. | Reproducida por Página/12 el 9 de febrero de 2006.
[39] Bardini, Roberto: “Recordando a Pedro L. Barraza y La Hipotenusa", en Bambú Press, 1° de octubre de 2007 http://www.paginadigital.com.ar/articulos/2007/2007prim/literatura6/bardini-18092007.asp